Dentro de las muchas trampas de una relación de pareja se encuentra la disyuntiva entre ceder o sacrificarse; a veces es muy difícil saber cuál es la diferencia. Por una parte, resulta que ceder es algo relativamente normal en la relación de pareja, algo que suele resultar de alguna negociación. Pero ceder es algo que no te gusta: puede implicar abandonar un hobby, dejar de ver a alguna persona o simplemente dar ese pedazo de pastel a tu pareja aunque te mueras de ganas de comértelo. Esa maldita pregunta “¿Qué tanto es tantito?” se presenta aquí con sus devastadores efectos. En realidad es importante conocer la relación entre amor y sacrificio.
Por definición, ceder de manera saludable es una forma de renunciar a las cosas que no son importantes para ti, mientras que el sacrificio implica abandonar algo que realmente te resulta valioso. Parece fácil entenderlo, pero a veces tu pareja puede pedirte que abandones algo que realmente le molesta, sin que parezca preocuparle que eso te genere mucho malestar. Puede argumentar que esto te mostraría que realmente es tu prioridad (porque resulta que tu pareja tiene que ser tu prioridad, según la visión de algunas personas ¡!).
Un sacrificio va en contra de tus metas importantes
Se vale soñar, aunque tu pareja no siempre esté de acuerdo. Si tu meta es comprarte una casa, entonces sigue por ahí. Si tu pareja dice que el ahorro que eso implica va en contra de las metas de ambos o que parece que te obsesionas con tu objetivo, o cualquier cosa, muy probablemente sea momento de tener una plática importante sobre cuáles son las metas de cada quien, para ver si realmente hay compatibilidad en la relación.
Un sacrificio va en contra de tu salud física y mental
Parece algo evidente, pero siempre conviene tenerlo en mente. Una buena relación es aquella que preserva, e incluso alimenta, tu salud física y mental. Amor y sacrificio son incompatibles en este rubro, pues terminas descuidando el amor hacia ti.
Puede que esa otra persona o personas significativas te pida que abandones un espacio o actividad que te ayudan realmente a sentir plenitud, sentimiento de propósito, tu descanso, tu régimen alimenticio destinado a sentirte mejor (de acuerdo a la ciencia de la nutrición). Si ceder en algo se convierte en un continuo y nostálgico camino (estarse arrepintiendo y pensando obsesivamente en lo que dejaste, sintiendo coraje, tristeza, frustración), entonces ese acto de ceder en realidad fue un sacrificio.
Un sacrificio va en contra de tus valores
El clásico ejemplo es el de aquellas personas que les gustaría tener relaciones sexuales después de algunos meses de vinculación. El sacrificio es exigido por aquellas parejas que piden “una prueba de amor”. Este tipo de sacrificio puede ir tan lejos como exigir cambios conductuales con base en la religión de quien lo pide, solicitar a la pareja que robe, etcétera.
La exigencia de este sacrificio puede verse en aquellas relaciones en las que se empieza a prohibir ciertos tipos de vestimenta, de formas de conversar con otras personas, prohibir ciertos sentimientos o maneras de pensar: todo esto resulta un insulto para alguien que valora la libertad.
Un sacrificio va en contra de tus otras relaciones importantes
Me refiero a la solicitud de dejarle de hablar a tal persona, abandonar algunos familiares o ignorar a alguien que resulte incómodo para la persona que lo exige. Una buena relación es aquella donde se respeta los vínculos existentes y se habla acerca de la incomodidad que pueden generar.
Un sacrificio va en contra de tu espacio personal o tu privacidad
La privacidad es un recurso invaluable que fácilmente puede violentarse cuando se exigen las contraseñas de los dispositivos.
El tiempo que se le brinda a la pareja es un tesoro. Tu espacio personal es el castillo en el que puedes crecer, descansar, reflexionar, conocerte, etc. Algunas personas le exigen a su pareja que renuncie a todo esto, y cuando eso pasa, estamos hablando de un sacrificio.
Un sacrificio va en contra de tu evolución
Cuando le das su espacio a tu relación de pareja, haces planes que la incluyen. A menudo puedes contar con que aquella otra persona o personas van a entender y apoyar tus proyectos personales, puesto que esperas que se alegren con tu progreso, tal como tú lo harías con el suyo. Es comprensible que alguien pueda sentir preocupación si tu camino de crecimiento parece obstaculizar la relación, pero es algo que se puede platicar y negociar. Es comprensible que a veces tengas que revisar tu lista de prioridades, si realmente te interesa mantener la relación, pero esto es distinto a sentir que la otra persona desprecia el camino que estás contemplando, te exige detenerlo, te hace sentir culpabilidad. No se siente muy bonito dejar un vínculo porque las metas ya no son compatibles, pero eso puede hacerse desde la madurez y no desde la confrontación.
Si crees que te están exigiendo sacrificios...
Para saber si está cediendo o está sacrificándote es importante que pongas atención a tus sentimientos: la honestidad con tu propia persona ayuda a saber qué tanto te está afectando realmente. Si ceder se está convirtiendo en un sacrificio, es momento de que pongas límites.
Recuerda que amor y sacrificio no suelen ser compatibles.
Oscar Flores Aguayo
Soy psicólogo y psicoterapeuta con al menos 10 años de experiencia. Estudié la licenciatura en psicología en la Universidad Iberoamericana y mi formación psicoanalítica en el Instituto Mexicano de Psicoanálisis. Ejerzo la psicoterapeuta de pareja por medio del modelo de Terapia Focalizada en las Emociones. He dirigido mi trabajo profesional hacia la intervención en crisis presencial y a distancia. Me he desempeñado como profesor y conferencista para poblaciones variadas: niños, adolescentes, adultos y personas mayores. Autor de este artículo:¡Descubre por qué te ignoran en apps de citas! y otros que contribuirán a tu búsqueda del amor verdadero.