La transmisión del virus del papiloma humano es extremadamente común en todas las personas, una vez que han comenzado su vida sexual. Sin embargo, suele ser vista más como problema de mujeres, debido a que éstas sufren consecuencias de forma más común (verrugas o cáncer, por ejemplo). Así, una mujer que tiene el VPH tiene más posibilidades de recibir violencia de género.
Existe un estigma alrededor de este tipo de virus: que es muestra de irresponsabilidad sexual, infidelidad, promiscuidad y falta de higiene, o que incluso es una especie de castigo.
Cuando una mujer detecta que lo tiene, puede llegar a sentirse culpable por los motivos mencionados. A ello puede sumarse el sentimiento de vergüenza que experimenta ante su pareja, quien la culpabiliza y amenaza por sospechar alguna infidelidad, debilidad moral o descuido.
Ante estos escenarios, parecería que el virus del papiloma humano es una maldición que cae sobre las mujeres y que amenaza no sólo su salud sino su familia. No tiene por qué ser así; estos consejos pueden ayudarte:
No culpabilicen
Pensar que la infección puede derivar en alguna enfermedad no genera emociones agradables. A veces los reclamos y la repulsión son manifestaciones de ese temor y de la tristeza que acarrea. Así que es importante desarrollar la certeza de que la transmisión del VPH es un asunto de salud y no un problema moral. No permitan que sus temores infundados eviten que hagan equipo para afrontar estas circunstancias. Ya es bastante con saber que se porta el virus como para aguantar culpas.
Infórmense
El conocimiento científico es la mejor manera de acabar con los mitos que existen sobre la adquisición del VPH. Permite entender que es extremadamente común, que la mayoría de los virus del papiloma no duran mucho tiempo en el cuerpo y que sólo algunos generan problemas de salud. Además, que estos últimos también pueden ocurrir en hombres.
Asimismo, la investigación y la consulta con especialistas deja en claro que es muy difícil saber cómo se contrae la infección, considerando que las variedades del virus pueden existir en el cuerpo incluso décadas antes de manifestar signos y síntomas. También es imposible saber quién se lo transmitió a quién. Por lo tanto no se puede considerar que el VPH es evidencia de que alguien se acostó con alguien más fuera de la relación.
Informarse y tener atención médica es responsabilidad de todas las personas, sin importar su género. Los juicios son evidencia de ignorancia.
Hagan equipo
Si tienes una relación de pareja y detectas que tienes el VPH y/o presentas alguna complicación, es importante que recuerdes que no eres una mujer que debe resolver su problema, sino parte de una alianza.
Una vez que hayan sepultado los mitos, pueden seguir sintiendo cosas desagradables debido a fantasías resistentes a la razón. Vale la pena platicar sobre ellas, pues a menudo se relacionan con los fantasmas que ya acechaban la relación, como miedos a la infidelidad, inseguridades, estigmatización, estereotipos de género, etc.
Actitudes de confianza y acompañamiento, en vez de reclamos y aversión son importantes para extinguir las dudas. Permiten que sea más llevadero saber que se porta el virus, informarse, recibir atención médica, abstenerse de la actividad sexual cuando sea necesario y apoyar emocionalmente a quien se encuentre en mayor riesgo. Disminuyen los sentimientos de culpa y de soledad.
¿Qué pasa si estás saliendo con alguien y sabes que portas el VPH?
Lo mejor que puedes hacer es informarte, tratar el tema con la otra persona sin tabúes si has desarrollado suficiente confianza. Alguien sensible, que no juzga, con disposición a informarse, podrá aclarar sus fantasías al respecto.
No permitas que la pena, el miedo, la culpa y la vergüenza te hagan aguantar la violencia de alguien que evidencia su ignorancia. A fin de cuentas, se trata de tu salud primeramente, no del orgullo de alguien más.