Este desafío empieza enfrentando las pérdidas como lo que son, una parte normal de la vida de la cual no se debe evitar hablar.
Jorge Bucay
Reponerse de la pérdida de un ser querido —sea por una muerte o por una separación— siempre es difícil, sin embargo, este camino resulta aún más complicado en los tiempos de pandemia de los que somos parte, pues no hay nada en nuestra historia previa que nos permita comprender qué está pasando y cómo enfrentarlo.
La intensidad de las emociones que se experimentan a través de las 5 etapas del duelo (negación, ira, negociación, depresión, aceptación) varían según el nivel de relación con quien falleció. En el caso de la pérdida de una pareja, no sólo se lidia con los sentimientos relativos al amor, sino a las ideas de futuro que ahora han desaparecido. En este sentido, no existe un manual que nos permita llevar un duelo de “manera correcta”, pues algo así no existe.
No obstante, en situaciones especiales como el fallecimiento a causa del COVID-19, el duelo no se presenta de la manera normal ya que, debido a las restricciones sanitarias, no nos es posible compartir los últimos momentos de nuestro ser querido, más aún, la misma contingencia impide, muchas veces, el acompañamiento de familiares y amigos, así como de rituales espirituales y religiosos de despedida, volviendo la pérdida algo más desoladora.
Por tales razones, el duelo ante la pérdida de la pareja bajo estas circunstancias puede volverse un proceso más largo, sin embargo, no es imposible superarlo y reestructurar nuestra vida a través del dolor.
Como se menciona, no hay un manual para lidiar con la pérdida, pero sí hay algunos puntos que comúnmente funcionan para sobrellevar el día a día hasta el momento en el que nos sintamos mejor, poco a poco.
1. Aceptar la realidad de la pérdida
Afronta plenamente la realidad. Acepta que la persona ha muerto y que no volverá; es decir, evita la negación.
2. Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida
Permítete expresar y vivir tus emociones. La negación de éstas es frecuente, pero ignorarlas no te hará ningún bien.
3. Adaptarse a un medio en el que ese ser especial está ausente
Se deben abordar tres áreas importantes:
a) adaptaciones externas: pregúntate cómo influye la pérdida de tu pareja en tus acciones cotidianas.
b) adaptaciones internas: reflexiona cómo influye la pérdida en la imagen que tienes sobre ti mismo.
c) adaptaciones espirituales: asimila la pérdida en las creencias, valores y supuestos sobre el mundo de la persona.
4. Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo
Esto consiste en trabajar para que puedas colocar el recuerdo de tu pareja en tu experiencia de vida, con el fin de seguir vinculado con él o ella, pero permitiéndote seguir viviendo.
Para ayudarte a transitar tu camino, puedes escribirle cartas que te permitan decir lo que se ha quedado inconcluso o donde le cuentes lo que te ha pasado y cómo te sientes. También puedes colocar un altar con fotografías en algún lugar visible de casa, que te permita sentarte a hablar con tu pareja cuando lo sientas necesario.
Recuerda que el duelo es una etapa inevitable de la vida, sin embargo, si no has podido retomar tus actividades después de un año desde la pérdida —y tienes síntomas de depresión—, acude con un psicoterapeuta de AMARSE BIEN y permite que te acompañemos en este proceso. Te ayudaremos a subsanar el dolor y a adaptarte a la pérdida.
Mariana Rodarte de Lara es Maestra en Terapia Racional Emotiva con más de 10 años de experiencia clínica. Ha trabajado con niños, adolescentes y adultos a nivel privado y en instituciones públicas.