Cuando se conocieron intentaste ser la persona más simpática para agradarle, pero te ignoró por completo. Cada vez que se encuentran haces mil preguntas para que sepa que te interesa entablar una relación; algunas veces funciona y tienen una conversación agradable, sin embargo, otras veces te responde muy mal. Procuras no reaccionar para no poner a tu pareja entre la espada y la pared, pero sientes que esto ya no puede seguir así, sólo que no sabes qué hacer.
Salir y mantener una relación amorosa con alguien que tiene hijos o hijas adolescentes puede ser desafiante, ya que esta etapa es vista como una gran tormenta, lo que genera una sensación de angustia o incluso terror en los adultos que les rodean. Si bien es cierto que hay una tendencia a cambios rápidos de estado de ánimo, también es cierto que la adolescencia implica un proceso de construcción de identidad que requiere de nuevos límites y formas de relacionarse en el contexto familiar. Es decir, el o la adolescente tiene una gran necesidad de delimitar su espacio individual y de poner sus intereses por encima de los del resto. Desde este panorama, puede parecerle un sinsentido la convivencia con este nuevo adulto y resultarle amenazante al mismo tiempo.
En este sentido, no bastan las mejores intenciones que tú y tu pareja puedan tener para que la convivencia con sus hijos adolescentes sea cordial y no afecte su relación, por lo que a continuación te presentamos algunas acciones que pueden ayudar al proceso:
Acércate con lentitud
Conocer a los hijos de tu pareja y que ellos te conozcan tomará su tiempo: Algunas veces los adultos alrededor creen que ya no necesitan tomar las mismas consideraciones que tomarían si su hijos fueran pequeños porque “ya están grandes y entienden más cosas”. Aunque es cierto, también se debe considerar que están atravesando por una gran cantidad de cambios propios de la edad, así que ármate de paciencia y acércate con pasos pequeños.
No esperes efusividad
No ver movimientos positivos en la construcción de la relación puede resultar muy frustrante. La expresividad afectiva cambia durante la adolescencia, sobre todo dentro del contexto familiar. Muchas veces las grandes muestras de afecto infantil, como los abrazos, se transforman en un simple movimiento de cabeza. Aprende a identificar las pequeñas señales de cuando las cosas van bien, aunque parezca difícil porque quedan opacadas por las grandes muestras de emociones negativas.
Respeta el estilo de crianza de tu pareja
Es importante que mantengas tu rol de agente externo. Muchas veces nos resulta fácil decir a nuestra pareja qué hacer, cómo criar a sus hijos, sobre todo cuando llegamos a considerarlos “maleducados”. Es importante que tanto tu pareja como sus hijos sientan que no invades su terreno. Tu pareja está haciendo lo mejor que puede aunque desde tu punto de vista no parezca así.
No permitas que rebase tus límites
El respeto no significa que tengas que tolerar groserías o agresiones. Antes que nada es importante que no te enganches, no busques “darle una lección”. Recuerda que esas agresiones vienen del enojo, del miedo de alguien mucho menor que tú, con menos recursos para expresar de otra forma lo que está sintiendo. Establece límites claros de convivencia y toma tu distancia si lo requieres.
Comunicación con tu pareja
Escucha con empatía a tu pareja, ya que seguramente tampoco le resulta fácil la situación. Haz todas las preguntas necesarias para tener mayor comprensión de la actitud de su adolescente. Habla con honestidad sobre cómo estás viviendo la relación y lo que esperas que suceda. Decidan en pareja cómo cuidar la relación frente a esta dificultad, escuchen y expresen lo que cada quien necesita.
Recuerda que niñez y adolescencia son periodos en los que suceden una gran cantidad de cambios, lo que puede resultar un generador de estrés y conflicto en la pareja, sobre todo cuando uno de sus miembros es una figura ajena a la familia. No es un panorama sencillo, pero puede resultar muy enriquecedor para todos cuando se logra encontrar un equilibrio. Si sientes que en tu caso solo hay dificultades y que la relación de pareja se está viendo muy afectada, contáctanos, nuestras especialistas pueden ayudarte.
Yineguela Jiménez
Psicóloga y terapeuta familiar con 10 años de experiencia profesional. Trabajo con parejas, familias, así como en formato individual con adolescentes y adultos. Estudié licenciatura y maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México, con formación complementaria en centros académicos en México, España e Italia. Algunas de las temáticas en las que me especializo son: pareja, gestión familiar, psicología positiva, violencia de género, psicoterapia a distancia, migración y transculturalidad.