La terapia ha tenido diferentes niveles de apreciación en la sociedad. ¿Me dejas platicarte algunas creencias sobre ella?
Mitos
Sólo los locos o insuficientes van a terapia
Una parte del ejercicio psicológico se centra en las enfermedades mentales, pero no lo es todo. La terapia personal potencia la conexión contigo mism@, claridad sobre tus inquietudes, preocupaciones y deseos, te orienta a tomar mejores decisiones. Además desarrolla habilidades para enfrentar adversidades presentes y futuras.
Tendrás que ir a terapia toda tu vida
La asistencia psicológica es una herramienta poderosa para tu crecimiento, pero no busca generar dependencia. Al contrario, potencia tu aprendizaje emocional con el fin de generar autonomía y autoconfianza. La idea es entender la terapia como una especialidad útil en cualquier etapa de tu vida (las veces que la requieras). Recuerda, más que centrarte en el número de veces que tomes terapia, hazlo en tu nivel de compromiso con ella.
Para qué pagar si puedo platicar con un amig@
Existen conflictos internos que no se solucionan sólo hablando. Un o una terapeuta ha estudiado y puesto en práctica técnicas que pone a tu disposición para lograr descubrimientos y conclusiones que “un amig@” no podría desarrollar. La terapia es neutral, con bases éticas y métodos ya comprobados. Además, si además de la terapia requieres otro apoyo profesional (psiquiatría, neurología, etc) tu terapeuta te lo dirá. Es probable que una plática no sea suficiente. Invertir en tu salud es bueno a corto y largo plazo.
Realidades
La salud mental tiene la misma importancia que la salud física, aunque no sea perceptible a simple vista; los problemas emocionales (depresión, fobia, baja autoestima, inseguridad) también deterioran tu calidad de vida. Eres cuerpo y mente, cuidar ambos genera una salud integral.
Una o un terapeuta no te dirá lo que quieres escuchar
La empatía es clave para desarrollar un buen proceso de terapia, pero decirte lo que quieres escuchar no sería ético. Parte de la terapia te ayudará a descubrir percepciones que no habías contemplado, fortalezas y áreas de ti que puedes mejorar. El objetivo es entender y aceptar tu condición real detrás de tus primeras reacciones para generar líneas de acción que te lleven a resolver y crecer. A veces las verdades incómodas son las más efectivas para lograr un cambio.
El psicólogo o psicóloga no facilita de medicamentos
Tu terapeuta sugerirá un complemento a la terapia de ser necesario (psiquiatra, grupos de apoyo, terapia de pareja o familia) pero no es quien puede sugerirte la ingesta de medicamentos. Un terapeuta te centra en la reflexión, análisis y toma de decisiones. El o la psiquiatra te recomendará dosis de medicamentos de acuerdo a tu problema. Recuerda: Un tratamiento farmacológico no sustituye tu desarrollo terapéutico. Ambos pueden ser complementarios.
Describir la efectividad de la terapia abarca muchos factores: Ética, compromiso del o la terapeuta y paciente, conocimiento. Te puedo decir que poniéndote en manos muy profesionales y con apertura y constancia comenzarás a ver cambios positivos en tu vida.
En Amarse Bien, te ofrecemos esa posibilidad.
Soy Psicoterapeuta con 11 años de experiencia en atención individual, en pareja y familiar. Egresada de licenciatura y Maestría (en Terapia Familiar) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Donde también desarrollé aptitudes en investigación y evaluación psicológica. Considero a las personas como seres creativos que tienen la capacidad de resolver situaciones difíciles y aprender de ellas. Contribuir en ese proceso creativo por medio de la psicoterapia me nutre como profesional y como persona.
Me he desarrollado como Coach en ambientes empresarial y escolar. Además de contribuir en algunos centros de acompañamiento psicológico como psicoterapeuta y tallerista. Adicionalmente, he asistido a diplomados y cursos con formación terapéutica y colaboré con una asociación aportando mis conocimientos y habilidades dando apoyo psicológico, intervención en crisis, asesoría y canalización a personas víctimas de delitos como extorsión, robo, violencia doméstica o secuestro.