Parece que ya te estás cansando de ayudar a tu pareja a resolver alguno de tantos problemas que suele tener. Sin embargo, por algún motivo no puedes dejar de ayudar, sientes que debes de hacerlo, que no es su culpa la situación en la que se encuentra y que no debes abandonar el barco.
Existen personas que continuamente eligen parejas con problemas emocionales, de adicciones, deudas o médicos, hasta que el agua les llega hasta el cuello.
Otras parejas se caracterizan por intercambiar el rol de víctima durante meses e incluso años. Parece que siempre hay problemas externos que se deben afrontar. Quienes viven en el síndrome de la salvación suelen tener un historial de relaciones con personas llenas de conflictos y terminan siendo víctimas de la victimización de sus parejas.
¿Por qué pasa esto?
- Es una forma de codependencia: dos personas necesitadas e incapaces de soltarse aunque todo vaya mal.
- Cuando se entiende el amor como “apoyar incondicionalmente a alguien en los malos tiempos”, es fácil pensar que eso implica salvarle. De esta manera, la relación no es un vínculo de personas que buscan disfrutar más de la vida, sino uno que se basa en la compasión.
- El sentimiento de culpa que surge tras dejar que alguien más resuelva sus propios problemas. Quien ama de manera madura permite que la otra persona afronte sus problemas, pues eso ayuda a madurar.
- Inconscientemente, quien ejerce el rescate suele desear protección ante las dificultades de la vida. Sin embargo, muchas veces elige a alguien más vulnerable y termina desempeñando un rol que le parece normal.
- Hay cierta ganancia en la labor de asistencia: un aire de superioridad, bondad, autoestima, e incluso el volverse indispensable, lo que supuestamente previene el abandono de quien recibe la ayuda.
- Las personas que rescatan pueden estar más preocupadas por la relación que tienen con su propia imagen, que aquella con alguien más. En casos graves, pueden sabotear el crecimiento de su pareja, con el objetivo de no abandonar el papel salvador.
- Existen individuos que basan su relación en el miedo y el enojo contra el resto. Si siempre hay problemas externos de los cuales defenderse, difícilmente se verán los problemas internos de la relación. ¡La lucha contra el mundo preserva la unión!
Cada relación atraviesa por momentos donde alguien pasa por una mala racha y la otra persona da un esfuerzo mayor para que las cosas funcionen. Por ejemplo, un despido o no tener suficiente dinero para aportar a la casa. Sin embargo, cuando no existe la necesidad de rescatar, las cosas se equilibran de otra manera (“si tengo más tiempo, yo puedo pasear a las mascotas”), la tendencia al crecimiento prosigue y la relación tiene otras satisfacciones.
En Amarse Bien te ayudamos a entender la manera en que siempre terminas salvando a tus parejas, a vencer el sentimiento de culpa por no hacerlo, y a construir relaciones de crecimiento.
Oscar Flores Aguayo
Soy psicólogo y psicoterapeuta con al menos 10 años de experiencia. Estudié la licenciatura en psicología en la Universidad Iberoamericana y mi formación psicoanalítica en el Instituto Mexicano de Psicoanálisis. Ejerzo la psicoterapeuta de pareja por medio del modelo de Terapia Focalizada en las Emociones. He dirigido mi trabajo profesional hacia la intervención en crisis presencial y a distancia. Me he desempeñé como profesor y conferencista para poblaciones variadas: niños, adolescentes, adultos y personas mayores.