¿La pandemia termina?

Resulta casi obvio que todos entendemos lo que significa la palabra pandemia y las consecuencias tan profundas que puede dejar en la humanidad. Sorpresivamente, en mi experiencia terapéutica, la pandemia trajo para muchas personas descubrimientos que nos permitieron no solo adaptarnos al contexto, sino encontrar posibilidades personales positivas.

Ahora damos continuidad a ese proceso planteándonos la posibilidad de salir de casa. Muchas personas no se sienten seguras de hacerlo, otras sí. Definitivamente es algo que viviremos colectivamente y a su vez tomando decisiones y responsabilidades de forma individual.

¿A qué me refiero?

Recordarás que para muchas personas representó un gran reto no salir de casa, mientras que otras adaptaron su escolarización y tareas laborales con relativa facilidad. Podríamos decir que el estilo de vida que elegimos y la capacidad que tienen las personas de adaptarse son algunos de los elementos que pueden explicar diferentes formas de gestionar el problema.

Puede ser que nos preguntemos ¿Cuál es la forma de reintegrarnos sin ponernos en riesgo? ¿Cuándo debo hacerlo? ¿Qué puedo hacer fuera de casa y qué no? ¿Puedo visitar a mis familiares y amigos? ¿Sigue existiendo riesgo de contagio?

Lo primero que quiero decirte es que tener estas dudas es totalmente normal. La pandemia y su amenaza constante pusieron en jaque nuestra cotidianeidad a todos los niveles, y ahora es un nuevo reto salir de casa.

Te invito a que no deseches estas dudas y te tomes un tiempo para decidir mejor:

1.- No te apresures. Con paciencia asumimos que era momento de guardarnos en casa e implementamos todas las medidas de seguridad sanitaria. Emprende lentamente el regreso a esta “nueva normalidad” teniendo en cuenta que el riesgo es aún latente y las medidas de salud deben continuar. Recuerda: asumir y aceptar la realidad del fenómeno sin minimizarlo ni maximizarlo es un proceso.

2.- Adopta las medidas de seguridad sanitarias que consideres oportunas y que te hagan sentir comodidad y seguridad, aunque no sean obligatorias. Para ciertos países el cubrebocas dejó de ser obligatorio, mientras que para otros la activación económica y el regreso a clases siguen en pausa. Cada persona tiene la oportunidad de cuidar de sí misma sin afectar a los demás. Por lo tanto, si consideras oportuno el uso de cubrebocas puedes portarlo, aunque no sea obligatorio y dejar de usarlo poco a poco. Sigue lavando tus manos con frecuencia, desinfecta los artículos que lleguen a tu hogar, etc. Con el paso del tiempo puedes replantearte si es momento de abandonar estas acciones o siguen siendo necesarias para ti.

3.- Considera que no todas las personas tienen la misma percepción. El nivel de vulnerabilidad que cada quien experimenta es diferente debido a que hay información que aún no podemos comprobar de forma confiable, por lo que convivir con la incertidumbre puede causar estrés e inseguridad. Una persona adulta mayor no vive el fenómeno de la misma forma que alguien más joven. Es normal que algunas personas puedan tardar algo más de tiempo que otras en recobrar las ganas genuinas de integrarse al ambiente fuera de casa o quieran intensificar sus precauciones.

Recuerda que las emociones como el miedo o alegría también influyen en nuestras elecciones. Comprender a los demás te ayudará a mejorar tus relaciones y podrás ser un apoyo para las personas que amas.

En el espacio terapéutico, fui testigo de aprendizajes importantes surgidos de la pandemia: La creatividad es útil en este momento, la empatía y amor se trabajan cada día, tu salud es la mayor riqueza, siempre se pueden construir nuevas oportunidades.

Cuéntanos en el área de comentarios si agregarías algún otro aprendizaje a partir de esta situación.

 

Acompañamiento psicológico

Nadia Delgado Flores

Soy Psicoterapeuta con 11 años de experiencia en atención individual, en pareja y familiar. Egresada de licenciatura y Maestría (en Terapia Familiar) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Donde también desarrollé aptitudes en investigación y evaluación psicológica. Me he desarrollado como Coach en ambientes empresarial y escolar. Además de contribuir en algunos centros de acompañamiento psicológico como psicoterapeuta y tallerista. Adicionalmente, he asistido a diplomados y cursos con formación terapéutica y colaboré con una asociación aportando mis conocimientos y habilidades dando apoyo psicológico, intervención en crisis, asesoría y canalización a personas víctimas de delitos como extorsión, robo, violencia doméstica o secuestro. 

¡Contáctame!

Empleamos cookies de terceros para obtener datos estadísticos sobre la audiencia, mejorar la expriencia y velocidad de navegación, y presentar anuncios personalizados basados en el análisis de tu navegación. Al continuar navegando, aceptas su utilización.