Los cuentos inmersos en nuestra comprensión del amor.
Se ha tratado de definir desde hace milenios y parece que su comprensión cambia según el lugar y la época. Me pregunto si alguna vez podemos identificar cuáles son los cuentos que creemos cuando amamos.
Es algo tan complejo de describir que hemos intentado conocerlo desde la poesía y el resto de la literatura. Desde lo que nos dicen que es y cómo nos lo dicen. Lo encontramos en la palabra y en el cuerpo.
Entendemos el amor a partir de las historias que nos han contado desde la infancia acerca de la manera ideal de vincularnos. He aquí algunas:
- Romeo y Julieta: muriendo absurdamente, pidiendo la contraseña de teléfono móvil, Instagram o Facebook porque en realidad las dos personas se han convertido en una sola.
- Quijote y Dulcinea: una construcción idealizada donde alguien no acepta a la persona tal y como es, sino que la mira totalmente perfecta; es decir, no hay encuentro con alguien real.
- Adán y Eva: modelo de la sociedad patriarcal, donde la mujer existe para cubrir las necesidades del hombre.
¿En realidad sabemos amar? – Desafía tus conceptos arraigados.
Cuando nos han convencido de alguna de las visiones mencionadas, desarrollamos emociones que distorsionan la realidad. Se fortalecen ideas donde el enamoramiento nos vuelve objetos, obedientes, condescendientes y es válido morir por amor. O sea, terminamos por creer que el amor es dejar de ser nuestros propios dueños. La forma de escapar de esta ilusión es a través del análisis de nuestra visión del amor y cómo surgió.
Cuando emprendes esta observación dentro de tu interior, entras en contacto con el amor que viviste en tu infancia y niñez: aquellos cuentos malsanos que te contaron, aquellos tratos que te lastimaron y los que sí te nutrieron. Todo eso que se volvió la base de tus relaciones. Por ejemplo, algunas personas fueron utilizadas por sus padres para cumplir sus ideales y no para honrar su propio deseo, su individualidad y sus propias metas; como consecuencia desarrollan vínculos donde se intenta controlar y cambiar a la pareja.
Existe un Amor que surge en el contacto con alguien en quien no proyectamos fantasías que nos hacen sentir tranquilidad. El amor que acepta las diferencias no busca formar, educar o cambiar a alguien más, sino respetar quién es. Se entiende la posibilidad de retirada para que la otra persona crezca. Quienes conforman la relación ejercen el poder en la misma proporción. Y, sin embargo, la relación sigue siendo genial.
¿Quieres entender qué historias nos enseñaron al amar?¿Qué cuentos son los que nos creemos cuando amamos? Escríbenos.
Soy una profesional en psicología con 20 años de experiencia en psicoterapia de niños, adolescentes y adultos (parejas); complemento mi especialización con la maestría en Terapia familiar sistémica, desde 2006, los cual me ha permitido atender a familias completas para resolver problemáticas y crisis emocionales. He desarrollado paralelamente habilidades para la capacitación a padres y madres de familia a través de cursos y talleres con contenidos diversos, logrando con dedicación que el aprendizaje resulte significativo para que así pueda aplicarse en la vida cotidiana. Estoy dispuesta a transmitir mi experiencia profesional, siempre permitiendo y considerando los intereses de las demás personas para construir redes de apoyo. Me apasiona aprender y cuestionar mis ideas diariamente, estudiar filosofía, practicar mindfulness, ir al cine y nadar. Me alienta poner mi conocimiento al servicio de las personas.