Muchas parejas con hijos alcanzan una etapa en que estos emprenden sus propio proyecto de vida –migran en búsqueda de nuevas oportunidades, crean sus propias familias o simplemente deciden emanciparse saliendo de casa.
Es común experimentar tristeza, preocupación e incluso cierto nivel de depresión cuando se van. De hecho, hay un nombre para esos sentimientos de pérdida que pudieras estar experimentando: “Síntomas del nido vacío”. A pesar de que tus hijos pueden estar felices y gozar de buena salud, ocupados en pasar al siguiente capítulo de sus vidas, es posible que no te sientas muy alegre con respecto a la situación.
La revista Psychology Today define el síndrome del nido vacío como “sentimientos de depresión, tristeza y/o dolor que experimentan los padres y cuidadores después de que lo niños alcanzan la mayoría de edad y dejan el hogar de su infancia”.
¿Cómo puedo saber si vivo esta situación?
Esto no se considera una condición médica, pero puede ser doloroso para muchas madres y padres en varios niveles. Algunos de los síntomas del nido vacío pueden incluir:
Períodos aleatorios de tristeza, episodios de llanto, dificultad para dormir o inquietud por la noche, sensación de que has perdido tu propósito, dificultad para concentrarte, no tener ganas de levantarte de la cama por la mañana, depresión y ansiedad.
¿Cómo puedo hacer frente a los síntomas del nido vacío?
Mantén una actitud positiva y concéntrate en las nuevas actividades que puedes disfrutar ahora que tienes más tiempo.
Confìa en los aprendizajes que han desarrollado a tu lado y hazles saber que la relación de uniòn y apoyo sigue estando presente, aunque no vivan contigo. Así ganarás confianza en que puedes seguir siendo feliz sin el temor de que dejarás de apoyar a tus hijos o hijas.
Sigue en contacto con ellos a través de visitas regulares, llamadas telefónicas e incluso videollamadas (en lo posible). La relación con tus hijos no se destruye, se transforma; quizá lleve su tiempo que asimiles su nueva forma.
Es importante que sepas que sentirte triste o extrañar a tus hijos e hijas puede ser una respuesta natural al cambio. Hablar de ello con amigos cercanos o seres queridos puede ayudarte. Sin embargo, puedes optar por apoyo profesional si te sientes abrumado o abrumada al considerar los puntos anteriores.
En Amarse Bien, estamos listos para acomañarte.
Soy Psicoterapeuta con 11 años de experiencia en atención individual, en pareja y familiar. Egresada de licenciatura y Maestría (en Terapia Familiar) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Donde también desarrollé aptitudes en investigación y evaluación psicológica. Considero a las personas como seres creativos que tienen la capacidad de resolver situaciones difíciles y aprender de ellas. Contribuir en ese proceso creativo por medio de la psicoterapia me nutre como profesional y como persona.
Me he desarrollado como Coach en ambientes empresarial y escolar. Además de contribuir en algunos centros de acompañamiento psicológico como psicoterapeuta y tallerista. Adicionalmente, he asistido a diplomados y cursos con formación terapéutica y colaboré con una asociación aportando mis conocimientos y habilidades dando apoyo psicológico, intervención en crisis, asesoría y canalización a personas víctimas de delitos como extorsión, robo, violencia doméstica o secuestro.