Película Gladiador 2: Héroes y villanos
La película Gladiador 2 no presenta la historia más original: Lucius, el protagonista, sigue la clásica ruta del héroe: partir de lo ordinario, saber que hay una meta luminosa que implicará una peligrosa aventura, huir ante tales retos por amor a la comodidad y temor al riesgo (Simba cantaría “Hakuna Matata”), encontrar mentoría, afrontar la meta, superar dificultades y al archirrival, pasar por la última prueba y vencer.
Vale más la pena analizar un poco a sus antagonistas: Geta, Caracalla y Macrino presentan facetas de villanos aparentemente muy lejanas de nuestra realidad, pero que podrían encontrarse en cualquier jefe de oficina, personas de la vecindad o un policía cualquiera.
Esos gemelos, cómicamente maquillados y usando sus pelucas de fayuca, se caracterizan por sus muestras de crueldad, sus exhibiciones de poder, sus explosiones emocionales, el temor hacia la gente y las conspiraciones, su dependencia (incluso hacia un pequeño simio), su poca capacidad para administrar y su irresponsabilidad.
Macrino, por otra parte, es una persona psicópata, traidora, sin solidaridad y con una insaciable hambre de poder.
Como se leerá más adelante: esas personas son así como un mecanismo de defensa ante el sentimiento de vulnerabilidad. Si pueden escuchar de quienes les rodean que son grandes y si pueden negar continuamente la necesidad, mantienen silenciada su complejo de inferioridad.
El síndrome del impostor y los verdaderos impostores
Frecuentemente, en el consultorio, quienes me consultan suelen preguntarme si acaso sufren del síndrome del impostor, es decir, esa creencia constante de que no son lo suficientemente talentosos en su arte. A menudo, mi respuesta es afirmativa. Muchas de estas personas sufren un sentimiento de indignidad que proviene de la negación de sus talentos, y que oculta el miedo a la responsabilidad que conlleva una gran habilidad. Estas personas sienten que son impostoras, y de ahí proviene su sentimiento de vergüenza. A menudo se encuentran huyendo de su destino como héroes, con miedo a enfrentar lo desconocido, refugiándose en su área de confort.
Pero los villanos a los que nos referimos hoy sí son verdaderamente impostores. Debajo de sus pelucas, maquillaje y exhibiciones de poder ilimitado radican identidades rotas, temerosas, conscientes de sus limitaciones intelectuales y de su incapacidad para amar y ser amados. Lamentablemente, hay muchas personas impostoras en puestos de poder, tanto en altos cargos públicos como privados. Estas personas suelen ser quienes más desesperadamente buscan demostrar que nada les falta. Y para acabarla de amolar, también son las menos dispuestas a ir a terapia para descubrirse, pues colocarse en manos de un especialista equivale a reconocer que no pueden con todo. Eso las hace sentirse —y mostrarse— débiles. No sería un gran problema, si no fuera porque van por la vida lastimando a los demás.
En la película Gladiador 2, Geta, Caracalla y Macrino se muestran como impostores en la medida en que son usurpadores del poder que le correspondería a Lucius, quien procede del linaje de Marco Aurelio y, por ende, contiene en sí la sabiduría para gobernar en nombre del pueblo (o entregar el gobierno al Senado). Macrino, incluso, fue un esclavo, y parece que su motivación para ser emperador proviene de su defensa ante la condición de servidumbre. Es una representación literal del mecanismo de defensa de muchos de esos patrones que, negando su sentimiento de inferioridad, hacen sentir inferiores a los demás.
Marilyn Cote
Vemos diariamente a personas del medio político, corporativo, profesional e incluso a esa persona en la familia que no entiende razones. Usan máscaras, inventan identidades para parecer poderosas, inteligentes, políglotas, simpáticas, atléticas, sabias y demás talentos, todo con el fin de procurar la admiración y el dominio de quienes las rodean. Todo esto, claro, a expensas de la gente que confía en ellas. El caso de Marilyn Cote es un extremo: terminó usurpando una profesión, hablando pésimamente varios idiomas y hasta usando el peor Photoshop.
El héroe que se encuentra dormido en ti, ese que está oculto bajo el síndrome del impostor, debe manifestarse para vencer a aquellos villanos que usurpan el poder. Necesitamos abrazar nuestros talentos y afrontar nuestra responsabilidad para crear nuestro destino y ocupar los espacios que han sido usurpados. Solo así podremos ser felices y construir sociedades más justas.
Oscar Flores Aguayo
Soy psicólogo y psicoterapeuta con al menos 10 años de experiencia. Estudié la licenciatura en psicología en la Universidad Iberoamericana y mi formación psicoanalítica en el Instituto Mexicano de Psicoanálisis. Ejerzo la psicoterapeuta de pareja por medio del modelo de Terapia Focalizada en las Emociones. He dirigido mi trabajo profesional hacia la intervención en crisis presencial y a distancia. Me he desempeñado como profesor y conferencista para poblaciones variadas: niños, adolescentes, adultos y personas mayores. Autor de este artículo:¡Descubre por qué te ignoran en apps de citas! y otros que contribuirán a tu búsqueda del amor verdadero.