De repente conoces a alguien que te gusta y con quien te llevas de maravilla, además sientes que logran resolver en equipo los problemas que se van presentando, por lo que piensas “¡De aquí soy!”. Sí, cuando se conocieron te habló de esa otra relación pero pensaste que no habría complicaciones, hasta que la vida de pareja empezó a girar alrededor de esta personita o personitas y todo empezó a volverse muy caótico. ¿Te resulta conocida esta historia?
Todas las relaciones de pareja tienen sus propios retos; si a esto le agregamos los hijos de alguno de los involucrados, la situación puede volverse muy compleja. Pero no acaba ahí: las grandes demandas y necesidades que tienen las infancias a una corta edad, los acuerdos —o falta de ellos— entre tu pareja y su ex-pareja respecto a la crianza, las tensiones entre ellos generan un caldo de cultivo para el conflicto e incluso para la ruptura de la relación. En pocas palabras: mantener un vínculo con alguien que tiene hijos pequeños no es nada fácil, pero tampoco imposible. A continuación te presentamos algunas ideas para que tú y tu pareja puedan ahorrarse situaciones incómodas, puedan seguir disfrutando de su amor y las responsabilidades de crianza puedan seguir ejerciéndose de manera óptima.
1. Respetar los tiempos y procesos
Aunque entablar una conexión con menores de 10-12 años suele ser más fácil que con adolescentes, es importante recordar que aún no tienen el nivel de desarrollo para procesar y expresar emociones complejas. Les puedes caer bien, pero también sentir que son desleales si se llevan bien contigo, por ejemplo. No busques apresurar la relación: puede ser que a veces sientas que avanzaron 2 pasos y otras que retrocedieron 3; es normal así que ten paciencia.
2. Autenticidad
Muchas veces, con el objetivo de caer bien a los hijos de nuestra pareja, dejamos la autenticidad de lado e interpretamos un personaje que creemos les podría gustar más. No lo hagas, los niños lo perciben y esto dificulta más la relación. No importa si al inicio muestran antipatía hacia ti, sé tú y ten la curiosidad de conocerlos.
3. Cuidar la convivencia con los hijos
Si tu pareja modifica los patrones de convivencia con sus hijos por estar contigo, es probable estos se sientan abandonados y muestren rechazo hacia la relación. Es importante que ambos miembros de la pareja cuiden que se mantenga el tiempo de convivencia, tanto cantidad como calidad, algunas veces contigo y otras sin ti.
4. Roles de crianza
Los roles de crianza principales los ejercen madre y padre, las nuevas parejas son un apoyo. Es decir, son ellos quienes llegan a acuerdos sobre lo que sí y lo que no, mientras que las nuevas parejas pueden controlar que esto se cumpla y mantenerlos informados. Si esto no es así, puede ser muy confuso para todos y desencadenar luchas de poder muy dolorosas
5. Honestidad y aceptación
Puede ser que a pesar de todos los esfuerzos tú y los hijos de tu pareja no se lleven bien, y aún así la pareja podría seguir funcionando sin que esto implique descuidar la responsabilidad de crianza. Es decir, tu pareja tendrá que asumir que son 2 mundos que no va a poder mezclar y que esto requerirá mayor coordinación para evitar descuidar alguno. Pero para llegar a este punto se requiere una gran honestidad entre ustedes para poder tomar las decisiones que aporten al bienestar de todos.
Recuerda que no es un proceso fácil: aun con las mejores condiciones, la aceptación y adaptación del nuevo adulto en la familia —es decir, la nueva pareja de mamá o papá— puede llevar de 2 a 4 años. Ser parte de la vida de niñas y niños, aunque sea de forma indirecta, implica un gran compromiso, por lo que es importante que tengas claridad en si es lo que quieres o no. Si sientes que no lo sabes o si estás en una situación que consideras bloqueada, el acompañamiento psicológico puede ayudar a que el proceso sea menos complicado.
Yineguela Jiménez
Psicóloga y terapeuta familiar con 10 años de experiencia profesional. Trabajo con parejas, familias, así como en formato individual con adolescentes y adultos. Estudié licenciatura y maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México, con formación complementaria en centros académicos en México, España e Italia. Algunas de las temáticas en las que me especializo son: pareja, gestión familiar, psicología positiva, violencia de género, psicoterapia a distancia, migración y transculturalidad.